Desarrollo visual
Un bebé al nacer aún no ha desarrollado totalmente su ojo, aún falta por completar el desarrollo de algunas estructuras y aún más tiempo falta para madurar sus habilidades visuales y su eficacia visual. Por eso al nacer el bebé es de suma importancia hacerle una valoración visual para descartar alteraciones de transparencia de medios como puede ser una catarata congénita que pueda dificultarle la entrada de luz hasta la retina.
Catarata congénita infantil
La catarata congénita es una opacificación del cristalino que impide el paso de luz en mayor o menor cantidad según el tipo de catarata y su extensión. El bebé ya nace con la catarata y es fundamental el tratamiento precoz pues compromete el desarrollo de la visión del recién nacido.
A veces son los propios padres los que os dais cuenta de que tiene como una mancha blanca en la pupila, pero otras veces sólo se detecta en la revisión al nacer. Por ello, es fundamental hacer una revisión visual al recién nacido.
La detección y tratamiento precoz son fundamentales para que el ojo desarrolle la visión
¿Cuáles son las causas?
Una catarata no siempre aparece como consecuencia del envejecimiento, que es lo más habitual. Hay otros factores genéticos, por fármacos e incluso traumatismos que pueden dar lugar a una catarata. En los recién nacidos puede aparecer como consecuencia de síndromes cromosómicos, enfermedades metabólicas o renales o infecciones intrauterinas.
¿Hay que operar el ojo con la catarata?
El oftalmólogo valorará la necesidad de operar de urgencia o no según sea el tipo de catarata.
Si la catarata no se opera e impide la entrada de luz al ojo, ese ojo no desarrollará visión porque no recibe luz ni estímulos debido a la catarata. La operación consiste en extraer el cristalino opaco. Según el caso se inserta una lente intraoculars en ese momento o se espera a hacerle una segunda cirugía.
La operación tiene sus riesgos como la posibilidad de desarrollar glaucoma, que se habrá de controlar en la revisiones. No operar implica el freno en el desarrollo de la visión de ese ojo en un momento crítico, pues es en los primeros 3 meses de vida donde se produce el desarrollo de la fóvea y la mielinización del nervio óptico que lleva la información al cerebro.
Lentes de contacto en bebés
¿Y qué sucede después de la operación?
Una vez el oftalmólogo quita la catarata, ya puede pasar la luz al ojo. Y es justo cuando hay que ponerle gafas o una lente de contacto si no se le ha implantado la lente intraocular. Esto le permitirá compensar la potencia del cristalino. Se necesitan lentes de una alta graduación de hipermetropía que le permitirán enfocar, si bien, su campo visual se verá reducido pues es como ver a través de una lupa. La otra opción son las lentes de contacto ya sean blandas o semirígidas. Al estar pegadas al ojo pueden conseguir mejor calidad visual. El optometrista valorará las diferentes lentes de contacto para estos casos y será el que haga la adaptación.
A partir de este momento será imprescindible las revisiones tanto con el oftalmólogo como con el optometrista para ver la evolución del ojo y de la visión y saber si el bebé está viendo o se está desarrollando la visión correctamente.
El oftalmólogo se encargará de supervisar la salud del ojo y la agudeza visual del ojo y el optometrista se encargará de supervisar las ayudas ópticas, sean gafas o lente de contacto.
El ojo ya tiene todo arreglado para que la imagen llegué nítida a la retina, no tiene opacidad, tiene una lente para poder enfocar y ver nitido. La cámara de fotos ya está bien. La estructura visual está ya bien. Pero ¿y el desarrollo funcional del ojo?
Pero la visión no acaba aquí. La visión es mucho más que conseguir ver los detalles, es decir, tener una buena agudeza visual, que ya es mucho en un ojo con catarata congénita, pero no es ni una pequeña parte de todo lo que es la visión. La visión es un acto cerebral.
El 80% de la información nerviosa del cerebro es de tipo visual
El número de circuitos neuronales dedicados a la visión es muy elevado y que el cerebro tiene que interconectar muchas áreas del cerebro para procesar la información visual (procesamiento visuoperceptual). La visión es decodificar la información que le llega al ojo. El cerebro es el fotógrafo que maneja la cámara (el ojo) para que haga buenas fotos (tenga buena agudeza visual, acomodación, enfoque, vergencias, movimientos oculares sacádicos, seguimientos visuales, mantenga la atención visual, se oriente espacialmente, visión periférica, la propiocepción…).
La visión consume gran parte del gasto energético del cerebro.
Y todo este desarrollo funcional que sucede de forma natural en un ojo sano desde el nacimiento hasta que el niño cumple los 12-14 años, no sucede así en un ojo que sufre catarata congénita aún habiéndole quitado la catarata y corregido su defecto refractivo, porque ese ojo ya no ha recibido la misma información visual y de la misma calidad que el otro ojo en un momento crucial para el desarrollo.
La estimulación visual es una urgencia para el desarrollo visual
Por ello, es una urgencia para el desarrollo de ese ojo la intervención del optometrista estimulando la visión de ese ojo, al igual que lo fue la del oftalmólogo para quitar la catarata.
Estimulación visual en catarata congénita
Desde el momento que ya esté operado el ojo hay que estimular a ese ojo a realizar fijaciones para que desarrolle la fóvea, hay que hacerle estimulación visuo-vestibular, movimientos oculares, contrastes negro-blanco,…así garantizaremos un correcta visión, no sólo de agudeza visual.
Y más adelante, conforme va creciendo hay que revisar su sistema binocular y oculomotricidad que son claves en el rendimiento escolar, en los deportes y en la vida diaria del niño.
Un problema visual puede dar lugar a un déficit atencional
Es posible que haya alteraciones en la binocularidad del niño con catarata congénita, bien porque tenga estrabismo, porque ese ojo no haya desarrollado sus habilidades o por una ambliopía por ejemplo. Entonces es cuando se empieza a trabajar mediante la terapia visual mejorar la eficacia de ese sistema visual de forma que el niño pueda ser más competente en su vida diaria.
Entonces el niño afectado por la catarata congénita debe ser controlado durante toda su infancia tanto por el oftalmólogo para controlar la salud ocular, como por el optometrista para la estimulación visual.
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